Breve síntesis de la perspectiva psicológica que Liz Greene nos expone sobre los signos del zodiaco en su libro Astrología y Destino publicado en 1990 y que, por supuesto, recomiendo con entusiasmo a todos quienes deseen adquirir un enriquecedor y profundo enfoque sobre los signos y aprender a penetrar en su simbología psicológica. Pero antes de entrar en materia, partamos por comprender mejor lo que Liz Greene nos dice de la mitología, la psicología y la astrología, lo que tienen en común y cómo entender sus asociaciones, entendiendo siempre que hay más de un mito relacionado a cada signo.

Para comenzar, la palabra griega “mythos” tiene dos significados: 1) historia y 2) esquema o plan. La universalidad de los motivos míticos revela un plan subyacente o un patrón determinado de desarrollo, propio del psiquismo humano. De este modo, se entiende que la vida de una persona tiene una intensión y que su carta natal es un esquema o plan de su vida. Los mitos reflejan patrones humanos universales, mientras que la carta natal refleja el patrón individual. La astrología está fusionada con los diferentes mitos a través de los signos y los planetas. Signos, planetas y mitos se entrecruzan, porque se agrupan en torno a imágenes y temas arquetípicos, y en términos generales, el desarrollo de la totalidad de la vida puede ser representado y entendido por los relatos del ciclo completo que va de Aries a Piscis.

Los temas míticos nos ayudan a profundizar nuestra comprensión de los signos astrológicos y reconocer la simbología imaginaria que utiliza el inconsciente para comunicarnos su vida interna de un modo que, de otra forma, sería inaccesible desde el enfoque más racional o práctico del individuo común. Jung descubrió que los mitos representan imágenes que emergen espontáneamente del inconsciente y que son patrones universales de desarrollo propios de la vida y la naturaleza humana, es decir, un auto retrato creativo de nuestra psique que describe su propia evolución y misión. Desde este enfoque, los signos son algo mucho más profundo que simples guías conductuales o una simple lista de cualidades y habilidades. Son un esquema, un plan que puede asociarse con una historia, un patrón de desarrollo o un tema arquetípico. Los mitos, los signos y los planetas son atemporales y simbólicos y se pueden reconocer en cualquier situación personal. Cada signo se asocia a diferentes representaciones míticas que personifican un relato, el cual configura el patrón individual de desarrollo para la persona perteneciente a ese signo. Este patrón es experimentado como destino, porque la historia esquemática la acompaña desde el nacimiento y sólo espera el momento para manifestarse en experiencias (tránsitos), decisiones conscientes o percepciones, descubriendo así el designio de nuestra propia alma. Cada signo (como los mitos asociados a él) tiene sus propios conflictos, ambivalencias, dualidades, motivos, errores, anhelos, luchas y resoluciones que, en la vida de la persona, se activan con los tránsitos y las progresiones. Los signos representan el viaje mítico del héroe o la heroína (la persona) y su descripción, es decir, el relato del mito, nos describe un tipo de héroe y una determinada llamada, nos da una pista o una puerta hacia su destino…

ARIES – RESUMEN DEL MITO

Jasón es el legítimo heredero de Yolco, pero un malvado tío usurpa el poder y hace que su vida corra peligro, de modo que secretamente fue enviado al prudente Quirón, junto a quien crece aprendiendo las artes de la guerra. Cuando alcanza la adultez, Jasón regresa a Yolco dispuesto a reclamar su herencia. En el camino, mientras ayuda a una anciana a cruzar un río (que era Hera disfrazada), pierde una sandalia. Por su parte, el malvado tío, es advertido por un oráculo que desconfiara del hombre que portara una sola sandalia. Cuando ambos se encuentran, Pelías lo reconoce como legítimo heredero, pero finge, y lo envía a recuperar el Vellocino de Oro con la excusa de dar descanso al espíritu de su ancestro Frixo, con la oculta esperanza de que muriera en el intento. Así, Jasón reúne a la famosa tripulación de los argonautas y realiza su viaje atravesando muchos peligros, pero siempre es ayudado por los dioses Atenea, Poseidón y Hera. Cuando llega a Cólquida, con la ayuda de Medea, sacerdotisa, maga e hija del rey Eetes, mata al dragón, coge el Vellocino y regresa a Yoclo deshaciéndose de su tío y tomando el poder. Una vez en Yoclo, Jasón se cansa de Medea y termina la relación comenzando a cortejar a la hija del rey de Corintio. Medea responde asesinando a la nueva novia de Jasón y al hijo de ambos y huye dejándole una maldición. A partir de ese momento Jasón declina progresivamente, muriendo por un golpe en la cabeza envejecido e impotente.

SIMBOLISMO DEL MITO
La búsqueda de Jasón refleja el patrón de Aries: la muerte del Viejo Padre y la búsqueda de la identidad espiritual individual. Este mito lo asocia con la típica búsqueda del héroe, donde la herencia al trono usurpado y una infancia llena de peligros, son pautas arquetípicas propias del proceso de convertirse en el individuo que es. El impulso a involucrarse en situaciones de riesgo para probar su valor es propio de Aries, y el Vellocino representa los valores espirituales individuales e internos que debe alcanzar o desarrollar. Muchos Aries suelen sufrir alejamientos y soportar problemas a consecuencia de un padre personal que se muestra demasiado crítico, dominante o represivo con respecto a su “herencia natural” o los bloquean al punto de impedirles su expresión creativa independiente. Más tarde en la vida, este Padre Terrible puede aparecer en forma de superiores, entidades o como un rival por un amante u objetivo deseado. Para las mujeres de Aries, esta dinámica es igualmente válida, pero en su caso, para vivirla, muchas veces inconscientemente eligen al marido por su parecido con el Padre Terrible, quien asume el rol de impedir la expresión de su vida independiente. En términos generales, es habitual el enfrentamiento con reyes (autoridades) destructivas, lo que simboliza su batalla arquetípica con el Padre Terrible. El padre acostumbra presentarse en la forma de una energía de fuego cuya cólera y envidia desafía al joven en crecimiento (al héroe). Estas figuras de autoridad y los padres representan a la ley y el orden, y son transmisores de los más altos valores de la civilización que llevan al desarrollo de la “consciencia”. Aries, como primer signo del zodiaco y del nuevo ciclo que encabeza, es el quebrantador de la antigua ley, es enemigo natural del viejo sistema de reglas y consciencia existente, llevándolo necesariamente a entrar en conflicto con los padres o cualquier autoridad en su vida. El “rey malo” o la figura paterna personal, que simboliza al viejo sistema de gobernar, presiona al héroe (a Aries) para que enfrente al monstruo, es decir, a sus propias pasiones instintivas y destructivas internas, con la esperanza de destruirlo, es decir, con la expectativa de que no se fortalezca ni derribe su autoridad. Sin embargo, el mito explica que con la ayuda de figuras femeninas divinas, consigue vencer al monstruo. Estas figuras femeninas representan el ánima o el inconsciente del mismo individuo disfrazado de novia o ayudante, porque, en su camino de toma de consciencia, el ego individual necesita la colaboración de su propio inconsciente para desarrollarse y llegar a ser quien es. Finalmente, el interés del héroe por cortejar a la hija de otro rey (el de Corintio) representa la tendencia de Aries a no valorar lo que ya tiene y a querer más y más, ese es su error innato, es su pecado en el mito, y si no toma consciencia de esa dinámica, dicha insatisfacción amenaza con hacer fracasar su crecimiento individual y malograr todo el trabajo realizado.

TAURO – RESUMEN DEL MITO
El rey Minos es hijo de Europa y Zeus, y rey de Creta, desde donde ejerce su poder sobre todas las islas griegas y parte del continente. Siendo joven, lucha por el trono con sus hermanos, vence y confirma su proclamación por derecho divino. Para lograrlo, ruega a Poseidón que, a modo de señal, le mande un toro desde el mar, prometiendo que lo sacrificaría inmediatamente como ofrenda y símbolo de sumisión. Poseidón accede y pronto aparece un hermoso toro blanco y Minos asume el trono, pero al contemplar la majestuosidad del animal, considera la conveniencia de tener un toro de esas características en su rebaño y decide sustituirlo por otro, el mejor toro blanco que poseía, para ofrecerlo en el altar de Poseidón. A Poseidón no le gusta en absoluto esta sustitución y se venga insinuándole a Afrodita que le inspire a Pasifae, esposa de Minos, una pasión ingobernable por el toro. A continuación, Pasifae pide a un artesano hacer una reproducción en madera de una vaca para poder unirse sexualmente al toro. De esta unión nace el Minotauro. Minos, aterrorizado y avergonzado, ordenó construir un laberinto para esconder a la horrenda bestia que alimentaba con grupos de jóvenes y doncellas. Teseo, un joven valiente y hermoso, ayudado por la hija de Minos, Adriana, logra entrar al laberinto, matar al monstruo y volver a salir de él siguiendo el hilo que le había entregado.

SIMBOLISMO DEL MITO
El toro no es un animal violento y está asociado con la fertilidad terrestre, pero sólo se mueve siguiendo sus caprichos y deseos, lo que puede provocar destrucción si se le permite ir a su antojo. El desafío de Tauro es llegar a un punto de equilibrio con la permanente relación que existe entre el ego y los instintos, que es el problema central de su patrón de desarrollo. El sacrificio del toro en el mito está relacionado con la sumisión del individuo a un poder mayor, comprendiendo y aceptando que el poder del toro no es “suyo” sino que debe dirigirlo hacia objetivos transpersonales. En este caso, el principal error del mito lo comete el propio Minos, desde el momento que decide no sacrificar al toro como correspondía y realiza el engaño intercambiándolo por otro. El sacrificio del toro simbolizaba su sumisión generosa y absoluta a las funciones de su rol como rey, mientras que la acción de quedarse con el toro representa seguir el impulso del auto engrandecimiento egocéntrico convirtiéndose en un poderoso tirano. La no realización del rito acordado supone que el individuo se margina de su unidad con el Uno Superior y se concentra en su propio beneficio, en vez de gobernar para el bien de los demás. Se vuelve en el acaparador del beneficio general, el codicioso que sólo se preocupa por él y lo suyo. Este “monstruo-tirano” es un reto para Tauro y parte de su patrón arquetípico. Es su lado oscuro con el que, tarde o temprano, se debe enfrentar. La habilidad para aumentar sus riquezas y el poder es un don propio de este signo, pero su punto débil es su relación con el dios que lo hizo posible. Tauro debe saber reconocer a qué dios sirve, a la deidad que lo beneficia o a sí mismo. Así, la pasión de Minos por el toro sagrado desencadena una serie de hechos que terminan con el nacimiento del Minotauro, quien representa el cáncer que roe al reino de Tauro desde el interior. La decisión de Minos de recluir al monstruo en el laberinto representa el primer impulso de muchos Tauro por reprimir sus potentes pasiones y codicia obsesiva refugiándose en el intelecto, lo que no es una buena solución, porque pueden terminar encarcelados en su inconsciente intentando poseer, sin darse cuenta ni reconocerlo, lo que no es suyo para su propio beneficio con adversos resultados al final. Teseo, Minos y el Minotauro están estrechamente vinculados porque representan distintos aspectos del mismo núcleo arquetípico. Minos es quien comente la falta, el Minotauro es el producto de ese error y Teseo es quien debe redimir al rey.

GEMINIS – RESUMEN DEL MITO
Cástor y Pólux son hijos de Zeus y Leda, esposa del rey Tíndaro. Zeus la seduce disfrazándose de cisne y como resultado de su unión surgieron dos huevos. De un huevo nacen Cástor y Clitemnestra (hijos del rey Tíndaro) y del otro Pólux y Helena (hijos de Zeus). Es decir, hay dos pares de gemelos, uno masculino y otro femenino, Cástor y Pólux, llamados hijos de Dios, y Clitemnestra y Helena, mortales. La mitad de cada par es mortal y la otra, inmortal. Según el mito, Cástor y Pólux pelean contra otro par de gemelos y Cástor, que era mortal, muere en la batalla. El dolor y la pena llevan a Pólux a implorar a su padre Zeus que le devolviera la vida o que aceptara la suya a cambio. Zeus conmovido, se compadece de los hermanos y permite que gocen alternativamente los dones de la vida pasando un día bajo la tierra en el reino de Hades y el siguiente día en el Olimpo.

SIMBOLISMO DEL MITO
La dinámica esencial de Géminis hace referencia al arquetípico enfrentamiento con el hermano oscuro o diferente. Este mito no sólo encarna el tema de la hostilidad entre hermanos sino el tema de la alma gemela hermano-hermana. Los gemelos de este mito simbolizan una experiencia cíclica de opuestos, ya que cuando son mortales deben probar la muerte y la oscuridad, y cuando son divinos, comparten los placeres de los dioses. Así, Géminis tradicionalmente oscila entre la exaltación y la depresión. El tema de los “gemelos” está asociado a una dualidad de opuestos en donde un gemelo aparece como dios y el otro como diablo, uno personifica la luz y el otro la oscuridad sintetizando el motivo arquetípico de este signo. Esta dinámica es observable también en el mito de Rómulo y Remo, en donde Remo es el gemelo oscuro que muere intentando matar a su hermano luminoso, Rómulo. Este par de fuerzas, oscuridad y luz, representa un profundo dilema humano conocido en psicología como “la sombra” o el enemigo interno. Otras figuras asociadas con esta dinámica son Jesús y Judas o Caín y Abel. Desde el punto de vista de Géminis, la vida está poblada de opuestos, y así como en el mito, Cástor y Pólux, pasan la mitad de su tiempo en el inframundo y la otra en el Olimpo, Géminis también, en determinados momentos de su vida, sólo percibe el lado bueno o el malo de la vida. El destino lo lleva a una inevitable lucha con su opuesto oscuro que es experimentado a través de otros, sobre todo en las relaciones con los hermanos, en donde uno es el “bueno”, hace cosas aceptables y es a quien los padres aman, y el otro es el “malo”, porque realiza acciones inaceptables y es aquel sobre quien se proyectan las sombras de toda la familia. Desafortunadamente, estas situaciones, aunque instintivas, le dificultan a Géminis descubrir al enemigo interno y la lucha de opuestos que hay en su interior. El concepto del gemelo encierra un tipo de equilibrio o balance interdependiente que, sin no es bien comprendida, puede llevar a una oposición u hostilidad creciente. Inicialmente, Géminis tiende a proyectar en el exterior, sobre alguien o algo del ambiente, estos conflictos, pero lentamente, al entrar en colisión con su opuesto empieza a descubrir que se trata de sí mismo, aunque este entendimiento no suele ocurrir antes de la segunda mitad de la vida. La batalla de Géminis con su hermano oscuro puede variar, y tener lugar entre los aspectos masculino y femenino, los valores intelectuales y emocionales, los objetivos espirituales y materiales o entre cualidades negativas y positivas. Su desafío es encontrar una forma de reconciliar estos principios en pugna y entender que puede alcanzar cierto grado de equilibrio. Por eso, cuando Géminis no puede confrontar su contradicción interna, ésta suele terminar proyectada sobre hermanos, amigos, parejas o sobre un hijo del mismo sexo, obligándolos a representar su propio lado “oscuro”, ya que mientras no se cuestione su problemática, ésta aparecerá en algún lugar del exterior. Es decir que los conflictos entre hermanos(as), la envidia entre amigos(as) y los conflictos con rivales son manifestaciones externas de temas que le cuesta ver como una disputa entre aspectos de sí mismo.

CANCER – RESUMEN DEL MITO
Aquiles es hijo de Tetis, diosa del mar, y su padre es un mortal llamado Peleo. Tetis protege a su hijo de la guerra de Troya disfrazándolo de mujer. Tetis tiene siete hijos con Peleo, pero su naturaleza matriarcal no le permitía soportar la idea de que eran hijos mortales condenados a morir, de modo que quema la carne mortal de seis de ellos para que ascendieran al Olimpo y ocuparan un lugar entre los dioses. Peleo, ultrajado por la destrucción de sus hijos, consigue rescatar a Aquiles, antes de que sufriera la misma suerte que sus hermanos, sujetándole de los talones (los que permanecieron mortales). Otras versiones del mito sugieren que fue la misma Tetis quien sumerge a su hijo en el Estige para hacerle inmortal, olvidando hacer lo mismo con los talones por los que lo estaba sujetando. De este modo, las Parcas estaban indecisas sobre su destino final y no sabían si darle más opciones que al resto de la gente, porque a Aquiles le habían profetizado que, o bien moriría joven y alcanzaría la gloria, o bien viviría mucho tiempo una vida oscura. El mismo Aquiles optó por la primera alternativa.

SIMBOLISMO DEL MITO
En este mito, el odio de Hera hacia Hércules representa la cólera de la madre contra el joven importuno que amenaza su posición. En Cáncer existe este aspecto oscuro trabajando en el plano emocional. Las vidas de los Cáncer suelen estar marcadas por las consecuencias profundas de la batalla que llevan a cabo para liberarse a sí mismos del poder de la Madre. El símbolo del Cangrejo representa al Cáncer tradicional para quien la maternidad lo significa todo y el padre sólo aporta la semilla. Los elementos más regresivos de este signo sugieren una oposición a las necesidades de consciencia y libertad de elección del ego de la misma manera que (Tetis) la Terrible Madre arquetípica prefiere luchar e incluso destruir al hijo antes que permitirle escapar de su dominio manteniendo el control de la naciente individualidad. La lucha arquetípica de Cáncer por liberarse del poder de la Madre pone en peligro la propia vida y quizá suponga su muerte en algunos niveles para alcanzar la libertad en otros. Ante las alternativas que las Parcas tenían para Aquiles, él opta por una vida “corta pero con gloria” lo que representa la trascendental importancia del proceso de liberarse de la Madre, o de morir en el intento, si es necesario, para lograr desarrollarse como individuo y expresar todo el potencial que tiene para realizar. La manera que tiene Cáncer, y el dominio de la Madre, de enfrentar cualquier conflicto de este tipo, suele ser socavando la estabilidad y seguridad del oponente. Su pauta de conducta opera de tal forma que, mientras parece estar dando afecto y soporte, mina secretamente la seguridad del otro. Este es el lado oscuro del signo, independientemente de su sexo. Como arquetipo, Cáncer representa la unión de los opuestos de lo masculino y femenino, es decir, el Mundo de los Padres en eterna unidad. Simboliza al elemento creativo primordial que se fecunda continuamente, y este impulso lo proyecta de manera natural sobre la madre personal tanto si la influencia de la madre es poderosa como si no lo es. El clásico “complejo materno” de Cáncer representa el primer paso en su búsqueda gradual de una fuente interna que le permita “cuidar” de él mismo eliminando su miedo y su sensación de aislamiento. La mujer Cáncer busca a esta Madre-Padre en sus relaciones o bien intenta convertirse en ella, a través de la maternidad. Aunque dolorosa, la experiencia de sentirse contrariados en su infancia, para muchos Cáncer adquiere un significado más profundo y beneficioso, al darle la oportunidad de convertirse ellos mismos en el recipiente interno de este patrón arquetípico que le permitirá contactar con su propia dualidad Madre-Padre. También refleja el inmenso potencial creativo de este signo, porque se mueve en el dominio de las imágenes informes del inconsciente que el artista crea o hace nacer. De hecho, su tendencia a “dar a luz” hace referencia a las imágenes del reino fluido del inconsciente y de las emociones arcaicas, creando a través de un hijo corpóreo o en forma de creación artística como respuesta a su impulso instintivo “dador de vida”. La dinámica del mito de Tetis y Aquiles se expresa en la típica proyección de una madre sobre un hijo querido favorito de quien se espera que alcance las “alturas olímpicas”, aunque la individualidad del hijo se destruya en el proceso. Esta tendencia también puede observarse en sus impulsos creativos, cuando no permite que salga de él nada que no sea considerado divino.

LEO – RESUMEN DEL MITO
En el mito de Parsifal y el Grial, un rey custodia un misterioso recipiente que preserva la vida en un castillo oculto. El rey está enfermo y los alrededores del castillo están devastados. Sólo sanará si un noble caballero encuentra el castillo y formula una pregunta determinada, de lo contrario, todo se desvanecerá nuevamente. Cuando Parsifal decide convertirse en caballero, su madre intenta impedir su partida, pero él simplemente parte sin siquiera despedirse y su madre muere inmediatamente de aflicción. En su camino, Parsifal lucha con el Caballero Rojo y al vencerlo, se viste con su ropaje. Más adelante, encuentra a una mujer que estaba afligida por la pena, iniciándose en las artes eróticas, pero, obsesionado con su búsqueda, la abandona igual como a su madre. Tras muchos extravíos y aventuras, Parsifal llega al final del camino que desemboca en un profundo río. Allí, pregunta a un pescador por el camino que conduce al castillo del Grial y entonces, súbitamente, el castillo aparece ante sus ojos y tiene una visión, pero no acierta a decir nada y se retira a descansar. Al despertar, el catillo había desaparecido y le pregunta a una mujer con la que se encuentra, dónde había ido a parar, en vez de preguntar quién servía al Grial, la pregunta equivocada con lo cual falla su misión. Al final, Parsifal consigue formular la pregunta correcta, el rey sana, el país se renueva y el héroe hereda el reino convirtiéndose en el guardián del Grial.

SIMBOLISMO DEL MITO
Leo está relacionado con el misterioso proceso del desarrollo de la individualidad, el impulso a seguir un camino de maduración y la búsqueda de la esencia individual. La creación más importante de Leo tiene que ver consigo mismo, y su simbolismo mítico se asocia al tema del rey y su hijo, es decir, del héroe y su padre. En Leo, el héroe, es decir, el nuevo sistema que debe surgir, también se enfrenta al padre, como Aries, pero en este caso, el conflicto se da por la ausencia física o emocional del padre, lo que impide que proporcione al hijo la sensación de maduración que necesita para su formación como adulto. Suele existir algún tipo de desengaño con respecto a la figura paterna quien, por diversas razones, parece estar “herido” o imposibilitado espiritualmente para ofrecerle una visión de la vida significativa y enriquecedora. Por lo tanto, el impulso y respuesta de Leo es involucrarse en la búsqueda de sí mismo y en el desarrollo de su ego, siguiendo un solitario camino que, tarde o temprano, lo lleva a sus propias profundidades. Pero para lograr esto, debe aprender a conectarse con el lado femenino de la vida, es decir, a desarrollar una mayor compasión y sensibilidad, y hasta que no lo logra, fracasa y no avanza. Este tema es muy importante en el desarrollo de la individualidad, porque quien no puede dominar sus impulsos ni es compasivo, no está capacitado para gobernar a los demás, no sirve como líder. Leo debe realizar un trabajo alquímico con su lado instintivo y pasional transformándolo o disciplinándolo, tal como un domador de bestias. Su destino lo pone frente a situaciones profundamente dolorosas cuando los demás reaccionan ante sus excesos, porque su búsqueda lo lleva en esta dirección, es decir, a volverse consciente del significado de las cosas, del efecto de sus acciones u omisiones y a reflexionar al respecto. Al principio de su aventura, la búsqueda de sí mismo para Leo es sólo una diversión que sigue con ingenua rudeza, sin embargo, la madurez y la sabiduría que debe desarrollar le permiten tomar las decisiones correctas y elegir bien el camino, porque el problema para Leo no es lo que hace sino su dificultad para evaluar lo que hace y la forma en que afecta a los demás. Al final, el potencial de Leo es reencontrarse con la figura del Padre ausente o débil, pero esta vez en su interior. Un padre más elevado y completo, su propia fuente de vida creativa que es regenerada y redimida durante el proceso. Sin embargo, si Leo no logra conectarse con su sensibilidad y la madurez necesarias para llevar a cabo todo este proceso, puede permanecer toda su vida como un joven, inconsciente del significado de su existencia e incapaz de entender lo que significa ser un individuo.

VIRGO – RESUMEN DEL MITO
Astrea es hija de Zeus y Temis y generalmente acarrea una gavilla de cebada. Es una diosa terrestre que vivió sobre la tierra durante la edad de oro de la humanidad, cuando no existían luchas ni derramamientos de sangre entre los hombres. Durante la guerra de Zeus con los Titanes, fue ayudante de Zeus como la portadora de sus rayos y como recompensa se le permitió mantener su virginidad. Vivía en compañía de la gente corriente y solía reunir a los ancianos en la plaza del mercado invitándoles a obedecer las leyes de la naturaleza y el orden natural del cosmos. Con el paso del tiempo, el ser humano se corrompe y Astrea llega a odiar a la raza humana a causa de sus crímenes, por lo que decide abandonar la tierra para siempre volando hasta el cielo para reunirse con su padre Zeus, convirtiéndose en la constelación de Virgo.

SIMBOLISMO DEL MITO
Astrea representa el orden en la naturaleza y el cosmos, y se asocia al modo de vida natural de cada ser, planta, animal y hombre. Está relacionada con el curso del Universo manifestado en las estaciones, en la vida y muerte de la vegetación, en la salida y en el ocaso de las constelaciones, en el crecimiento y declinación de la Luna y en el curso diario y anual del Sol. La virgen justa es una compleja representación, al mismo tiempo fértil y estéril, ordenada y virtuosa, matizada incluso con éxtasis lunares orientales, parece encarnar una profunda paradoja, una combinación entre lo íntegro y lo inmoral, lo que supone un enorme conflicto para Virgo, ya que esa es precisamente la pauta de desarrollo que debe enfrentar, ya sea que se manifieste como colisión entre vida personal y vida profesional, entre matrimonio e independencia (un tema común actualmente), entre espiritualidad y materialismo o entre moralidad y abandono, Virgo deberá luchar toda su vida con estos opuestos intentando conciliarlos. A menudo el individuo incorpora uno de los aspectos en conflicto al tiempo que sacrifica al otro, pero eso le garantiza dificultades, ya que el destino de Virgo no permite tal escisión. Actualmente el término “virgen” se refiere al hecho de no haber tenido relaciones sexuales, pero originalmente esta palabra se utilizaba para referirse a una muchacha soltera, casta o no, y a las madres solteras. Más bien significa “soltera” sin connotación alguna de castidad pre marital, porque se asocia con la fecundidad de la naturaleza, libre e incontrolada. Se trata de una imagen arquetípica de la mujer libre que primero se ocupa de su proceso interno y sólo después se relaciona con un hombre. Es una figura del ordenamiento intrínseco de la naturaleza y el disgusto de Astrea con la humanidad es una imagen mítica del desagrado tradicional de Virgo hacia el desorden, el caos y el desgaste del tiempo y la substancia. En el dominio de Astrea todas las cosas tienen su tiempo y su lugar, toda forma natural del universo tiene una duración y un valor determinado. Este es el destino que preside Virgo y es el que lo inclina hacia el ritualismo y hacia una visión de la vida en la que debe restaurarse la justicia y el orden, en el sentido de lo que es apropiado y natural.

El juicio de Paris
RUBENS, PEDRO PABLO
Siegen, Westfalia, 1577 – Amberes, 1640

LIBRA – RESUMEN DEL MITO
Paris es hijo del rey y la reina de Troya. Siendo niño, un oráculo advirtió a su madre que Paris se convertiría en la ruina de su país, por lo que fue abandonado en el monte Ida, donde una osa lo amamantó. Cuando crece, destaca por su hermosura, inteligencia y fortaleza. Debido a su perspicacia con las mujeres y su extraordinaria capacidad de juicio, Zeus le pide que arbitre en una pugna entre tres diosas olímpicas. Así, un día, mientras juntaba su rebaño, se le aparece Hermes junto a Hera, Atenea y Afrodita, le entrega una manzana de oro con el encargo de que juzgara cuál de las tres diosas era la más bella, y le otorgara la manzana de oro a la vencedora. Entendiendo Paris que su respuesta lo enemistaría con dos de las diosas, intenta eludir el asunto ofreciendo dividir la manzana en tres partes iguales. Sin embargo, Zeus no acepta y exige una respuesta concreta. Entonces Paris pide a las diosas que no se molesten con él si su decisión no las favorece, ya que se vio obligado a tomar una decisión. Intentando ganar, cada diosa ofrece algo especial a Paris. Sin embargo, Afrodita, entendiendo mejor lo que lo podía motivar, le promete la mujer más bella del mundo, Helena, esposa del rey de Micenas. Al objetar que ella ya estaba casada, Afrodita le asegura solucionar el asunto, de modo que, sin pensarlo más, Paris elige a Afrodita. Entonces Hera y Atenea, molestas reniegan de su promesa y se marcharon dispuestas a destruir Troya. Cuando Paris llega a Micenas, y conoce a Helena, inmediatamente se enamoran y se fugan a Troya. Durante la célebre guerra, muere Paris y los tres hijos que había tenido con Helena, quien finalmente fue devuelta arrepentida a su esposo.

SIMBOLISMO DEL MITO
Los rasgos básicos de Libra, el juicio, la reflexión y la elección son el resultado de un esfuerzo consciente, no natural, motivo por el que su símbolo no incluye a un animal sino a los platillos de la balanza, asociados al juicio equilibrado o a la noble evaluación imparcial y objetiva. Desde el punto de vista de Libra, antes de emitir una sentencia debe realizarse una cuidadosa reflexión y evaluación, lo que sugiere que la solución o el equilibrio entre las distintas fuerzas que colisionan en el interior del inconsciente descansa en la facultad de juicio racional eminentemente humano, razón por la que este signo está más relacionado con cuestiones éticas y morales, con juicios y repartos, y uno de sus temas más frecuentes es el de la moralidad y el esfuerzo por mantener en perfecto equilibrio los platillos de su juicio. Justamente por este destino, es que Libra no puede escapar a situaciones de extremos y a la violación de la ley para tener oportunidad de aplicar todas sus capacidades de juicio y reflexión. Desde un punto de vista general, un “juicio” implica la existencia de principios o leyes universales, pertenecientes al campo espiritual, sobre el modo correcto o incorrecto de vivir la vida y sus consecuencias, es decir, son juicios de valores y, tarde o temprano, Libra se ve obligado por la vida a elegir una cosa sobre otra y a actuar contrariamente a su inclinación innata. Un juicio que involucra una elección tiene consecuencias psicológicas, ya que cuando el ego toma una decisión inmediatamente excluye o reprime los otros intereses o valores y esto conlleva una gran ambivalencia y a veces sufrimiento, lo que sugiere que la habitual “indecisión” de Libra se debe al miedo de tener que enfrentar las consecuencias de una decisión. Paris fue elegido por su gran experiencia y perspicacia, lo que significa que Libra debe pagar por los regalos y talentos que ha recibido. La tendencia de Libra a vacilar ante una elección entre dos mujeres, dos hombres, dos vocaciones o dos filosofías recuerda que este patrón es parte de su destino y sugiere que mientras no pueda soportar la división y la falta de armonía, hay algo en su interior que lo divide y que sólo podrá descubrir a través del profundo conocimiento del proceso completo que lleva a una decisión. Al tener que hacer una elección y emitir una opinión que implica una evaluación personal y una decisión ética, Libra se enfrenta a una pauta de conducta propia de este signo y las elecciones amorosas, frecuentemente confusas y difíciles, suelen repetirse y empujar al individuo hacia dilemas emocionales y, a veces también, éticos o financieros agotadores de los que no puede escapar.

ESCORPIO – RESUMEN DEL MITO
Perseo es hijo de Zeus y en su infancia fue raptado por un malvado pariente, por lo que creció ignorando su verdadero origen divino. Atravesó muchas aventuras, pero la más relevante para Escorpión es su lucha con Medusa. En esta búsqueda, Perseo fue ayudado por varias deidades. Atenea le previno de no mirar nunca directamente a Medusa sino sólo a través de su imagen reflejada y le regaló un escudo bruñido. Hermes también lo ayuda dándole una espada adamantina con la que podía cortar la cabeza de la Gorgona y Hades le entregó un casco que lo hacía invisible. Pero todos estos implementos mágicos podían conseguirse sólo visitando a las tres ancianas Grayas que conocían el camino secreto que conducía a la cuerva de las Gorgonas. Naturalmente, con todos estos poderes divinos a su alcance, el héroe consiguió su objetivo. Al cortar la cabeza de Medusa, Perseo liberó al caballo mágico Pegaso, liberándolo al mismo tiempo que se libera a sí mismo. A partir de entonces, Perseo pudo utilizar la cabeza de la Gorgona contra sus enemigos.

SIMBOLISMO DEL MITO
Las figuras de sangre fría de estos mitos simbolizan a las funciones autónomas del inconsciente y sus fuerzas instintivas. Este signo, más que ninguno, debe enfrentar profunda y frecuentemente el poder voraz de la vida instintiva. Medusa es parte de Escorpión, ya que el héroe y el monstruo constituyen una unidad, son dos aspectos de un todo. Estos mitos se asocian al tema de la violación (no siempre sexual) y la transgresión, y su horrendo rostro refleja la cólera y el odio del mundo femenino por los abusos que soporta, y Escorpión debe enfrenar estas permanentes emociones oscuras hacia la vida que lo llevan a una profunda apatía interna. El enfrentamiento con Medusa trata el tema de liberar al alma de la cólera y la destructividad del inconsciente y salvar lo femenino del aspecto oscuro de la naturaleza humana dejando al individuo, después de vencer al monstruo, en condiciones de usar los poderes adquiridos para objetivos más conscientes sabiendo controlar sus impulsos más destructivos. Una de las lecciones de este mito ofrece una sabia visión de cómo controlar el veneno que se encuentra en las profundidades de uno mismo, entendiendo que los “monstruos internos” no pueden ser vencidos utilizando la fuerza bruta sino la reflexión y la luz de la consciencia. El destino de Escorpión es el enfrentamiento con su propia oscuridad emocional, incluso si es proyectada al exterior, donde es percibida como mal o sufrimiento, tarde o temprano, se encontrará con algo oscuro y destructor que desde las profundidades de su inconsciente emerge y lo desafía en distintas épocas de su vida. La avidez por el poder, la corrupción y posterior redención con pasajes del desarrollo de este signo, y se refieren al impulso de obtener poder que, por amargura, soledad o aislamiento, se desea obtener sobre las cosas o personas que le han dañado en la vida, y aunque puede conseguir lo que busca, en el proceso puede perder su alma y autodestruirse. Así, su lado oscuro y resentido, arruina el placer que podría haber alcanzado al lograr lo que deseaba. Sin embargo, al final de cada crisis, Escorpión puede ser redimido, porque este signo representa una etapa del viaje del alma que va de la oscuridad a la luz, porque a pesar de su tendencia al orgullo y al individualismo, a la mordacidad y a la avidez de poder, Escorpión nunca deja de aspirar al amor, y eso lo redime al final
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SAGITARIO RESUMEN DEL MITO
El Titán Quirón es hijo de Cronos-Saturno y Filira, hija de Océano. Cronos, al ser sorprendido en el acto por su esposa Rea, se convierte en caballo y se aleja galopando. De esta unión, nace un hijo medio caballo y medio hombre. Su madre, aborreciendo el monstruo que debía amamantar, pide a los dioses que la liberaren y la convierten en un tilo. Cuando Quirón madura, fue conocido como el más sabio y honesto de los Centauros y su fama como sanador, erudito y profeta se extendió por doquier. Fue rey de los Centauros y en una gruta situada bajo la cima del monte Pelión, educaba a los héroes y a los hijos de los dioses. En una oportunidad en que Hércules se hospedaba en ese monte, accidentalmente hiere a Quirón en una pierna con una de sus flechas impregnadas con el veneno de Hidra. Afligido por el accidente de su viejo amigo, Hércules arranca la flecha y el mismo Quirón proporciona el remedio para curar la herida. Sin embargo, debido al veneno de la Hidra, la herida es incurable, y Quirón se retira a su caverna aullando de dolor. Era una situación sin salida, porque al ser semidivino, Quirón no podía morir, pero tampoco podía curar su herida sufriendo de dolor permanentemente. Finalmente, para escapar de este sufrimiento, Quirón acepta sustituir a Prometeo en el castigo que Zeus le había impuesto por robar el fuego de los dioses, y muere en su lugar.

SIMBOLISMO DEL MITO
El patrón central de este signo es la del espíritu intentando permanentemente trascender al destino y las cadenas que le impone el cuerpo y sus necesidades. Sagitario es el relámpago y la claridad, y encarna todo lo que pertenece al espíritu eterno que aporta luz más que al cuerpo mortal. Su patrón arquetípico son las disputas entre el mundo espiritual, libre y luminoso, y el mundo más oscuro y limitado de las necesidades del cuerpo. Es un vínculo indestructible, del que no puede escapar, eternamente unidos y eternamente enzarzados en conflictos, y representa la relación que existe entre el mundo violento del espíritu creador y el mundo de la forma, las relaciones y los compromisos entre los hombres, la moralidad y la responsabilidad mundana que limitan sus posibilidades, todos temas que, tarde o temprano, afectan a la naturaleza de Sagitario. Debido a este esquema arquetípico, suele terminar envuelto en un matrimonio, trabajo, causa o actividad con la cual se siente comprometido pero en donde estos conflictos se manifiestan, motivo por el que este signo suele evitar el matrimonio, ya que se ve demasiado atrapado por reglas y expectativas rígidas. A Sagitario le desagrada sentirse “atado” prefiriendo ser espontáneo, lo que recuerda que, como espíritu libre, encuentra desagradables las consecuencias de sus acciones y prefiere evitarlas. Su patrón involucra la fascinación o atracción sexual que lleva a Sagitario a caer nuevamente en la trampa de las necesidades corporales, quien a pesar de su aparente mundanalidad y naturaleza liberal en asuntos amorosos, es notablemente ingenuo. Sin embargo es justamente gracias a este conflictivo vínculo con el mundo terrenal que Sagitario se mantiene vital y activo, porque sin esta fricción sería indolente y perezoso, ya que no tendría el estímulo necesario y no desplegaría tanto entusiasmo si no existieran esas ataduras. De hecho, los constantes esfuerzos de Sagitario por liberarse del limitante mundo de las emociones y las necesidades materiales, generan muchas de las cualidades por las que es reconocido e introduce un elemento de sentido y equilibrio en el implacable mundo de las necesidades humanas. Por lo tanto, aunque Sagitario contiene una fertilidad sin límites como símbolo del impulso creativo del mundo espiritual, su destino es el mundo terrenal y las necesidades humanas, y expresa la frustración y vulnerabilidad del lado optimista y brillante del espíritu y la consciencia ante las cadenas que impone el mundo físico con sus necesidades, límites y compromisos. Esta herida, aunque dolorosa e incurable para Sagitario, es la que le concede su capacidad para ofrecer esperanza a los demás en lugar de desatenderlos, porque no se siente a gusto en el cuerpo ni encuentra satisfacción en las limitaciones y requerimientos de la vida mundana. Sus habituales y elevados anhelos, su sentido del significado de la vida, su entusiasmo y bondad son la forma cómo el mundo espiritual responde a las profundas dudas y dolor incurables que el mundo terrenal de límites y compromisos le provoca. Si Sagitario puede soportar su herida, se fortalece, porque deja de aspirar tan alto y comienza a hacer uso de sus dones de un modo más práctico y apropiado a su realidad, lo que termina simbolizando el sacrificio de su intuición y la suerte, que suele acompañarlo en la primera mitad de su vida, para que se dedique a trabajar en su adaptación más consciente al mundo físico en donde puede lograr y entregar mucho.

CAPRICORNIO RESUMEN DEL MITO
Cronos, repudiado por su padre Urano por su fealdad, fue desterrado a Tártaros junto a sus otros hermanos, pero Gaya (su madre), aburrida de engendrar hijos que luego eran rechazados y vueltos a sus entrañas, persuade a sus hijos para que se rebelen contra su padre, y arma a Cronos, el más joven de los siete, con una afilada hoz, símbolo de la luna y el poder de la diosa. Entonces, Cronos coge los genitales de su padre con la mano izquierda, los corta con la hoz y los arroja al mar. La sangre que fluye de la herida va a parar a Gaya (la tierra) quien da a luz a las Erinias y del mar nace Venus. Más adelante, sabiendo Cronos que, tarde o temprano, debería enfrentar un destino similar al de su propio padre, se come a sus hijos para protegerse de la amenaza que podían representar para él, sin embargo, al final Zeus, el hijo oculto, se rebela contra él, lo mata y termina asumiendo el poder como el Rey de los Dioses.

SIMBOLISMO DEL MITO
El patrón vital de Capricornio está asociado a la dualidad padre-hijo. La vieja realidad que debe morir y las nuevas bases que deben nacer, lo que provoca necesariamente una lucha. La naturaleza terrestre de Capricornio, lo conecta con el mundo de la Madre Tierra y representa su fertilidad, por lo que este signo es un concepto masculino pero asociado al principio generador de vida propio de la Madre. También representa la dualidad puer y senex (adolescente y anciano), que es uno de sus patrones arquetípicos. Esta dinámica es interna, tanto si el senex es el padre personal o un conjunto de reglas morales, propias de su interior y que vive a través de las autoridades del mundo exterior, que debe enfrentar para realizar el paso de puer a senex. Su pauta arquetípica se da entre un padre que se manifiesta en actitudes rígidas y el joven que se rebela contra las restricciones impuestas, experimentándolas como limitación a su creatividad. Más adelante en la vida, este patrón se manifiesta en experiencias comunes como pesadas responsabilidades, y la primera parte de la vida de Capricornio suele estar marcada por obligaciones que parecen interminables, incluso teniendo otras alternativas, se encamina libremente en la dirección que lo enfrenta con ese tipo de experiencias. La reconciliación con el padre personal es un tema significativo para este signo, debido a que inicialmente suele decepcionarse del padre, porque la ira del Padre Terrible, su aspecto destructor, sus celos, su paranoia y su codicia provocan el sentimiento de culpa esencial en el psiquismo de Capricornio. En otras palabras, la polaridad padre-hijo está en el interior del propio individuo, en donde sus rígidas y estructuradas reglas de vida entran en colisión con sus propios deseos más licenciosos y carnales. Al enfrentar al padre, el hijo termina encontrando que ese padre está dentro de sí mismo y el padre, al encarar la rebelión del hijo termina descubriendo su propio espíritu juvenil que pensaba había perdido tiempo atrás. En el caso de una mujer, esta dinámica es igualmente válida, porque alude a su autosuficiencia y a su eficacia en el mundo terrenal. En un nivel profundo, el padre de Capricornio representa al sacerdote iniciador a través del cual el joven accede al mundo, y el rito de iniciación pasa por dejar de ver al padre como un perseguidor, por su insistencia en las “reglas” y condiciones del mundo, para comenzar a verlo como un padre comprensivo y benéfico. La juventud no quiere aceptar condiciones, la necesaria preparación ni la demora, así es la juventud, así es la dinámica del puer, en donde todo debe suceder instantánea y espontáneamente. A lo largo de su vida,
Capricornio repite este patrón en varios niveles. Frecuentemente, la manifestación más visible de este paso se da en el campo laboral, en la entrega a una vocación donde la aceptación de la responsabilidad terrenal y la limitación forman parte del proceso que lleva al muchacho a convertirse en hombre, del espíritu desarraigado a contribuidor activo en la realidad, lo que también supone una sensación de pertenencia a la comunidad. La experiencia se convierte en una liberación, ya que supone una reconciliación con la figura del padre interno, sin esa reconciliación el espíritu permanece “suspendido” en algún lugar incapaz de afrontar el desafío, el conflicto y el fracaso, porque la confianza de Capricornio nace de sentirse seguro frente a su propio pesimismo y a la experiencia de ser capaz de superar fracasos u obstáculos desafiantes. Capricornio, asociado al período del año cuando el sol es más débil y la tierra está más oscura y yerma, simboliza la aridez y muerte que también se mantienen en el interior del espíritu y se relaciona con el sacrificio anual de sembrar la tierra para renovar la cosecha. El tema de una realidad estéril con una larga espera por la renovación, sumido en la depresión y la desesperación, es una dinámica frecuente en los patrones vitales de Capricornio, así como el logro del éxito mundano después de una ardua lucha
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ACUARIO RESUMEN DEL MITO
El Titán Prometeo, es clarividente, por lo que conocía el resultado final de la rebelión de Zeus contra su padre, Cronos, y aun siendo un Titán, sabiamente se alinea con Zeus. Asistió al nacimiento Atenea, quien le enseñó arquitectura, astronomía, matemáticas, navegación, medicina, metalurgia y otras artes prácticas que, más tarde, él enseñó a los mortales. Una de sus versiones dice que fue Prometeo quien, con el consentimiento de Atenea, crea al ser humano con arcilla y agua a quien Atenea insufló vida. Prometeo y Zeus están en continua pugna con respecto a la humanidad. Prometeo manifestaba, de muchos modos, su descontento con la tiranía de Zeus. En una ocasión Prometeo debe arbitrar en el reparto de las porciones de un buey ofrecido en sacrificio entre la parte correspondiente al ser humano y la de los dioses. Pero para beneficiar a los mortales, prepara un engaño en el cual Zeus cae. Furioso por la artimaña, Zeus lo castiga negando al ser humano el fuego para cocinar la carne. Entonces Prometeo roba el fuego celestial, escapa y entrega la llama al ser humano. La venganza de Zeus fue encadenarlo a una empinada roca del monte Cáucaso condenándolo a que cada día un buitre voraz desgarrara su hígado el que se recomponía durante la noche, pero además envía a Pandora, junto a la caja que no debía abrir, a Epimeteo, hermano de Prometeo. Sin embargo, y a pesar que Zeus deseaba que este suplicio fuera eterno, Hércules intercede por él y consigue su liberación, intercambiándolo por el alma del Centauro Quirón.

SIMBOLISMO DEL MITO
El patrón arquetípico de Acuario, tiende a sentir un profundo rechazo hacia lo tosco y lo vulgar de la naturaleza humana, y una notable incomodidad por las emociones y el aspecto biológico inherente al cuerpo, lo que, junto a su fuerte instinto civilizador, se convierte en el motor que justifica sus incesantes esfuerzos por reformar a la humanidad. Sin embargo, su búsqueda celestial de perfeccionismo, a la larga, puede terminar arruinado por los mismos instintos que tiende a reprimir. El robo del fuego celestial que Prometeo regala a los mortales, simboliza al espíritu que se encuentra a disgusto con la vida instintiva y que ansía crecer y evolucionar. Es decir, Prometeo representa el impulso cultural, y es un arquetipo del instinto que impulsa al hombre a ir más allá de su origen animal para aproximarse a lo divino. Acuario, asociado al poderoso impulso que lleva a la humanidad hacia el desarrollo de la civilización y la consciencia del ser humano, también presenta una paradoja, ya que en la tendencia acuariana a buscar el bienestar y desarrollo humano, por una parte, podemos reconocer el aspecto benefactor de Prometeo, pero esto no parece tan sencillo, ya que hay una profunda contradicción en este patrón, porque este impulso hacia la consciencia parece entrar en conflicto con el impulso hacia la inconsciencia que no quiere asumir responsabilidades ni sentir el peso de la culpa, y esta perpetua tensión inevitablemente crea sufrimiento. Prometeo (Acuario) es el héroe que ofrece a la humanidad el fuego creativo, pero en ese mismo acto comete un pecado, que psicológicamente puede ser entendido como el sentimiento de culpa que surge al realizar algún esfuerzo en pro de la realización individual y la independencia. La ambivalencia de estos símbolos en el mito se da cuando Zeus castiga a Prometeo precisamente en el aspecto que lo representa a él mismo, es decir, en su fe y en su creencia en sí mismo. Pero no lo mata, e incluso al final lo libera, porque Prometeo (Acuario) tenía algo que Zeus, la sabiduría, necesita: conocer el futuro. Con frecuencia, junto al genuino altruismo de Acuario, descansa una profunda duda o auto castigo inconsciente, que cobra fuerza a medida que logra expresar su espíritu civilizador y de contribución a la evolución individual y colectiva, así Acuario suele sentir temor de actuar de manera egoísta y se llena de dudas ante lo que él siente como sus deberes. El mito sugiere un motivo profundo para su aprensión por la autorrealización y la sensación de pecado que, a veces, lo acompaña, ya que a través de la toma de consciencia y el conocimiento que ayuda a adquirir, metafóricamente, Acuario “roba el fuego de los dioses”, y saca de su contexto natural algo propio del inconsciente colectivo llevándolo al plano de la consciencia. Quien adquiere conocimiento, sufre una transformación y la ampliación de su consciencia que lo hace distinto a sus semejantes, un patrón propio de este signo, y se eleva sobre el nivel propio de su época, lo que a su vez, lo aparta de la humanidad, y el dolor de su soledad es “la venganza de los dioses”, ya que después no puede volver a la humanidad y permanece, como describe el mito, encadenado a los solitarios riscos del Cáucaso. Todos los campos del quehacer acuariano tradicional, ciencia, invención, bienestar social, psicología e incluso astrología están marcados con esa soledad que es el precio que debe pagar por poseer el fuego del conocimiento. De hecho, este tipo de soledad es el motor secreto que impulsa a Acuario a ayudar a otros, ya que de algún modo también alivia su propio aislamiento.

PISCIS RESUMEN DEL MITO
Dionisos es hijo de Zeus y Semele, hija del rey de Tebas. Hera, celosa de los amoríos de Zeus, convence a Semele para que le pida al dios que se muestre bajo su verdadera forma. Semele, ignorante de que eso la destruiría, se las arregla para que Zeus revele su divinidad, condenándose a sí misma y pereciendo reducida a cenizas al verlo en su forma de rayos y truenos. Pero antes de que Semele muriera, Hermes salva a su hijo nonato de seis meses y lo introduce en el muslo de Zeus hasta su nacimiento. Al nacer, es un niño cornudo, coronado de serpientes y suele ser representado como un joven de rasgos suaves y afeminados. Siguiendo órdenes de Hera, los Titanes lo apresan, a pesar de que Dionisos cambiaba de forma transformándose en distintos animales, lo despedazaron y hierben las distintas partes de su cuerpo en un caldero, al mismo tiempo que un granado brotaba del lugar donde había caído su sangre. No obstante, su abuela, Rea, lo rescata y resucita, y sigue viviendo en secreto disfrazado de mujer. Cuando alcanzó la madurez, Hera lo encuentra de nuevo y lo enloquece, se pone a vagabundear por todo el mundo acompañado de su tutor Sileno y de las desenfrenadas Ménades. En sus viajes por Egipto e India enseña el cultivo de la vid. Luego vuelve a Tebas, lugar de nacimiento de su madre. En Tebas, el rey Penteo, disgustado por el comportamiento disoluto del dios, le mandó a arrestar junto a todo su séquito, pero Dionisos lo volvió loco haciéndolo creer que lo había encarcelado cuando en realidad era un toro, y las Ménades furiosas, inflamadas por el vino y el éxtasis, dirigidas por la propia madre del rey Penteo, lo despedazan y le rompen la cabeza.

SIMBOLISMO DEL MITO
En los mitos asociados a Piscis nos encontramos con una imagen repetida, el perseguidor y el perseguido, donde el redentor y el condenado tienen el mismo semblante, porque forman una dualidad, es decir, comparten un mismo origen. Piscis está estrechamente conectado con el mundo de la Madre y su amante-hijo, especialmente con su temprana muerte y posterior resurrección. El tema del redentor-víctima es central en la simbología de este signo. Un pisciano puede identificarse con la víctima y convertirse en alguien a quien la vida ha destrozado o puede identificarse con el redentor del sufrimiento ajeno, pero al final, se trata de las dos caras de la misma realidad interna. Al identificarse con la víctima o con el protector, Piscis contacta con la profunda compasión de la que es capaz y accede creativamente a las profundidades del infinito mundo del inconsciente y las emociones. Piscis personifica tanto el sufrimiento como la redención, ya que sólo quien se ha sentido agraviado o lastimado, tiene capacidad para sentir compasión, razón por la cual siempre está predispuesto a presentarse a sí mismo como una víctima o a mostrar una empatía genuina por el sufrimiento ajeno estando dispuesto a arrojarse al caos por los demás. Estas identificaciones con la dinámica del redentor-víctima suele vivirlas a través de situaciones que, tarde o temprano, lo ponen ante la necesidad de tener que apoyar o defender al marido-víctima (esposa-víctima), al amante que ha sido dañado por la vida, al paciente enfermo que necesita sus cuidados, etc. El lado oscuro y doloroso de este patrón vital es que el pisciano puede tener inconscientemente mucho que ver con el mantenimiento de la situación de vulnerabilidad tanto propia como ajena, debido a su estrecha relación con el mundo de la Madre y sus necesidades emocionales y corporales, ya que si se identifica con la víctima forzosamente “necesita” un salvador, pero si inconscientemente está identificado con el salvador, “necesita” encontrar o designar una víctima a quien salvar. En el mito, Dionisos representa una imagen de “locura creativa” o el “trasfondo irracional del mundo”, y hace referencia a la fuerza vital que permanece más allá de los cambios cíclicos de forma, es decir, al espíritu que está antes y que queda después de la vida física, está en unión y participa en la naturaleza, es decir, simboliza la vida eterna del alma que encarna y desencarna constantemente, representa un tipo de Cristo sombrío, al mismo tiempo víctima y redentor. Este mito hace referencia a la experiencia de unión con lo divino, a esa parte nuestra que está en conexión con los planos elevados, al alma, por lo que el misticismo, el dolor y la crueldad de estar encarnados forman parte del patrón de Piscis, con cientos de ejemplos a lo largo de la historia, sobre santos y redentores cruelmente sacrificados. En Piscis se combinan lo sagrado con lo vicioso y lo sádico, ya que estas figuras arquetípicas forman parte de su destino. La enemistad entre Hera y Dionisos, representa la enemistad que existe entre madre e hijo, una relación de amor y odio, posesión y destrucción. Piscis, al encarnarse, experimenta el mundo terrestre de la Madre como un padecimiento, la carne del cuerpo puede convertirse en una prisión, pero también el espíritu puede dejar de lado su aspecto redentor y convertirse en un destructor de la carne (drogas, alcohol, vicios), con la esperanza de liberarse de él. Estos dos aspectos están presentes en el destino de este signo y rechazar este patrón de experiencia puede no ser beneficioso para Piscis, ya que si no lo recibe bien, éste se puede volver en su contra y “destrozarlo” interna o externamente. Al igual que los dos peces de este signo, unidos por sus colas, que impide se puedan separar, Piscis está irremediablemente unido al mundo emocional e inconsciente de la Madre y a toda su oscuridad e intensidad.

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